viernes, 8 de julio de 2011

Lo que se viene SE AVANZA HACIA UNA INTEGRACION DE TECNOLOGIAS EN UNA MISMA SEMILLA, PARA HACER MAS EFICIENTE EL SISTEMA DE PRODUCCION Y EL CUIDADO DEL MEDIO AMBIENTE.

El repaso de algunos de los nuevos adelantos que las empresas están preparando fue la frutilla del postre de uno de los tantos menúes que compartieron los participantes del Congreso Tecnológico CREA.
Semillas listas para sembrar, resistentes a distintos tipos de estrés, enfermedades o insectos y el impacto de los fertilizantes en el ambiente fueron los temas que presentaron Federico Trucco, gerente General de INDEAR; Santiago Norris, director de Novozymes (que compró Nitragin hace pocos meses); Julio Eduardo Delucchi, gerente de Desarrollo de Sinochem Argentina, y Frank Brentrup, responsable de la investigación ambiental en la empresa de origen noruego Yara.
“La industria está muy avanzada en el desarrollo de eventos con tolerancia a estrés abiótico; para aquellos que venimos de la genética tradicional esto nos parecía una utopía, pero hoy sabemos que tenemos materiales disponibles que permiten lograr rindes 15% a 20% superiores en situaciones de estrés”, indicó Trucco.
“Estamos mejorando los pisos de rinde, no tanto los techos; por supuesto, el estrés abiótico tiene un punto de quiebre, porque no se puede producir sin agua”, comentó.
El negocio de agroquímicos en el mundo representa unos 40.000 millones de dólares, mientras que el negocio de tratamiento de semillas mueve apenas 1.500 millones de dólares. Santiago Norris, sostuvo que “el costo de introducir una nueva molécula química en el mercado puede representar unos 220 a 230 millones de dólares y plazos de 10 a 12 años; esto implica que todo nuevo desarrollo debe tener un mercado global”.
“Los productos biológicos son complementarios de los fertilizantes. En los últimos años han comenzado a despertar un mayor interés de las empresas de agroquímicos y de fertilizantes”, apuntó Norris.
“Esperamos un fuerte crecimiento del tratamiento industrial de las semillas versus la aplicación a campo: eso va a representar un paso muy importante para nuestra industria. Los fungicidas e insecticidas no van a ser reemplazados, pero con esto van a emplearse de una manera más eficiente y, en definitiva, más sustentable”, explicó el empresario, también miembro CREA.
Por su parte, Delucchi, dijo que los problemas de resistencia de enfermedades o de insectos van a tender a incrementarse por la dificultad existente para introducir nuevas moléculas al mercado de manera rápida. “Por ese motivo es importante tomar conciencia de la importancia del manejo correcto de los agroquímicos”, apuntó.

En tanto, Brentrup señaló que la determinación de la huella de carbono de los fertilizantes –desde la elaboración de los mismos hasta su logística y aplicación– es un tema que en estos momentos está siendo evaluado por las principales compañías globales de nutrientes agrícolas. Si bien el nitrógeno tiene un impacto significativo en la emisión de gases de efecto invernadero, la reducción de las aplicaciones de ese fertilizante tendría un impacto sustancialmente mayor en términos de huella de carbono.

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